sábado, 21 de febrero de 2015

C de Camila, C de Corazón - Días de Abecedario

Ella es Camila, la perra que vive conmigo hace 15 años. Llegó siendo muy cachorrita, creció entre varios animales y más personas, fue madre cuatro veces, tiene adicción a buscar los objetos redondos que le son arrojados (antes piedras, hoy pelotas) y le encanta la fruta.



Hace unos días comenzó a toser bastante, a agitarse más de lo normal: los años se le venían encima. Así que la llevé al veterinario y, ecografía de por medio, supe que tenía un soplo marca huracán, líquido en los pulmones y un corazón normal en un perro de 40 kg.; Camila pesa 12 kg. Lo sorprendente es que desarrolló un músculo cardíaco muy resistente (también fuera de serie) que le permite, con su edad, comportarse como un cachorro y no morir en el intento. 
Cuando el veterinario dijo "tu perra tiene un corazón enorme", se me escapó una sonrisa. Eso ya lo sabía, dije, intentando quitarle literalidad a la observación y hacerla pura metáfora. "Tiene el corazón como una guinda de rugby", ejemplificó, usando él una metafora para meterme a mí en la literalidad. Pero a esa altura yo sólo pensaba en ese animal que, parado en la camilla, me miraba con ganas de irse a jugar a la pelota. Ese animal que de a poco se fue haciendo parte inevitable e impescindible de cada uno de mis días. Ese animal que cuando pelo una banana, aparece; que cuando digo "gato", automáticamente mira hacia las tapias y se pone a ladrar; ese animal que cuando pregunto "¿quién viene?", mira hacia la puerta, olfatea, ladra... Diagnóstico: falla mitral. La bajo de la camilla y me salta, me lame, olfatea otra vez el consultorio. Frena. Me mira: ¿nos vamos?


Entonces, C de Camila, C de Corazón. ¡Camila Corazón! podría cantar la hinchada, mientras atravesás el patio a toda velocidad tras la pelota. Corazón gigante que bombea más que ninguno. Corazón de perro debiera significar más que corazón de león. ¿Quién te quiere a vos, mal llamado rey de la selva? Corazón de perro, mejor. Que mientras vas a comprar el pan te espera como quien espera en el muelle el barco de su amante. Que se entera que estás triste y te pone el hocico en la gamba. Que te festeja la sonrisa de encontrarte 10 centavos o de terminar una carrera. Que cuando se manda una macana pone ojos de "aunque me retés te voy a querer igual". Corazón de perro; cercano, incondicional, único. Lástima que sus latidos sean menos que los nuestros en una sola vida. Lástima que sus años duren menos que los nuestros y los tengamos que ver hacerse viejos tan de repente. Ojalá que a todos, a todas les atraviese la vida entera de un corazón de perro. No se van a arrepentir, se los prometo. 

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Días de Abecedario
Este desafío se trata sobre escribir una entrada por cada una de las letras del abecedario, si es posible durante 26 días seguidos. Aca les dejo el grupo de facebook, no es necesario tener un blog para sumarse, sólo ganas de jugar. Mirá todos mis post acá.

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